Advertisement

Anakena, que es la principal playa de Isla de Pascua, además representa la típica estampa que todos tenemos cuando pensamos en una playa paradisíaca. Su blanca y fina arena coralina, el mar cristalino de color turquesa, sus calmadas olas y las palmeras cocoteras (traídas de Tahití hace varias décadas) la convierten en un lugar ideal para el descanso y el ocio. La playa Anakena invita a bañarse en cualquier época del año, ya que la temperatura del agua se mantiene en una media de unos agradables 20C, con pequeñas variaciones en el verano y el invierno.

Anakena es todavía una playa bastante virgen, del cual te invito a disfrutar a solas de este pequeño, remoto y bellísimo paraíso. Con el paso del tiempo Anakena se convirtió en un núcleo de población importante a lo largo de la historia, sede de la tribu real Miru.

El complejo arqueológico de Anakena

Actualmente se pueden observar importantes yacimientos arqueológicos en Anakena, testigos del gran desarrollo cultural, social y religioso que hubo aquí. Los restos más antiguos datan aproximadamente del año 1200 d.C. y están constituidos por centros ceremoniales sobre y bajo la superficie, sitios habitacionales y otros vestigios de primordial relevancia para entender el pasado de la isla.

Grandes descubrimientos en Anakena

A parte de los ahu y los moai que se pueden ver in situ, Anakena regaló dos objetos extraordinarios a la comunidad investigadora. El primero fue hallado durante los trabajos de excavación llevados a cabo durante la expedición de Heyerdahl. Se trata de un moai femenino, uno de los escasos que se han encontrado en la isla y cuya forma alargada difiere bastante de la típica imagen clásica de un moai.

El segundo objeto es un ojo de coral blanco con pupila de escoria roja encontrado bajo la arena en 1978. Era la primera vez que se hallaba un ojo original de moai. Se cree que la colocación de los ojos en las estatuas devolvía el mana o poder espiritual de los ancestros a la materia inerte.

Actualmente estos dos importantes restos se pueden observar en la colección del museo antropológico de Isla de Pascua.

Poniendo al lado un poco la interesante historia de este hermoso lugar hay a su vez muchas actividades que podemos haces en Anekena tales como las siguientes

Tomar el sol sobre la arena fina y darse un baño mientras se observan los colosos de piedra centenarios, que parecen vigilar nuestro descanso, es una sensación única y sobrecogedora. ¡Cuánta historia se respira en este lugar mágico!

La orilla sin apenas oleaje es ideal para el baño de niños y adultos. La transparencia del mar y unos niveles de luminosidad increíbles permiten distinguir peces de colores a simple vista y hasta rozarlos con la mano.

La fauna marina se observa mejor aún bajo el agua con ayuda de gafas y tubo que se pueden alquilar en el quiosco dónde están los baños, o mejor aún con un equipo completo de buceo como el que ofrecen las agencias de submarinismo de la isla.

Otras opciones son practicar la pesca de orilla, la pesca submarina o hacer kayak. Para los amantes de la fotografía les conviene saber que la mejor luz se obtiene por las mañanas, aunque la iluminación de los moai va cambiando según los meses.

Algo que no podemos pasar por alto es sus restaurantes y la gastronomía local del cual le hablo a continuación.

La playa de Anakena tiene una fantástica área de picnic bajo las exóticas palmeras, que la hace perfecta para disfrutar de un día de relax en un entorno incomparable. Existe otro pequeño rincón de picnic en el extremo derecho de la playa bajo los arbustos.

También hay pequeños quioscos atendidos por familias rapanui, con algunas mesas y bancos bajo la sombra, donde se puede degustar una empanada de queso o atún, diferentes tipos de brochetas y platos de pescados locales acompañados de la refrescante cerveza local Mahina.

Uno de los días más concurridos y animados de Anakena es la jornada que se desarrolla durante la celebración anual de la Tapati Rapa Nui la primera quincena de Febrero.

Ese día toda la comunidad rapanui invita a los visitantes a compartir un enorme curanto, que después de llevar enterrado varias horas para que se cocine la carne y las verduras, es bendecido por el párroco local y repartido gratuitamente entre los asistentes.

Se respira un gran ambiente festivo, amenizado por grupos de música tradicional, puestos de artesanía y reuniones de familiares y amigos. Después del ágape, unos escogen la sombra de una palmera para descansar y echar una siesta, y otros se dirigen a la orilla de la playa para tomar el sol y refrescarse bajo las olas.

Muchos coincidimos que una de las partes más importantes de unas buenas vacaciones es donde dormir de esos le quiero hablar. Todos los hoteles y cabañas de Isla de Pascua se encuentran en Hanga Roa, demasiado lejos para los que quieran ver el amanecer aquí. Por otro lado, la acampada libre está prohibida en la isla pero los viajeros que quieran pasar la noche y observar las estrellas en este pequeño paraíso están de suerte.

Frente a la playa Anakena, recientemente se ha instalado el nuevo camping Ana Tekena que nace con el propósito de ser sustentable y respetuoso con el medio ambiente, un aspecto básico y necesario en el frágil ecosistema de la isla.  Para los huéspedes que no dispongan de vehículo ofrecen un servicio de transfer desde Hanga Roa.

Por último, pero no menos importantes, es como transportarnos. Otra alternativa bastante recomendable es ir en bicicleta. Es posible alquilar bicis en Hanga Roa donde además proveen a los clientes de mapas y todo lo necesario para sus recorridos.

El trayecto de ida tarda aproximadamente 1 hora y media haciéndolo con calma y es mejor tomar la misma carretera que cruza la isla, ya que la última parte es una bajada bastante pronunciada y agradable. De vuelta, lo mejor es tomar el camino de la costa porque de lo contrario esa bajada se convierte en una subida muy exigente. Aunque el camino de la costa es más largo (aproximadamente 2 horas y media) ofrece la posibilidad de disfrutar de la brisa marina y la vista de los acantilados durante todo el trayecto, además se puede ir parando en la mayoría de los yacimientos arqueológicos de la isla que se encuentran en este lado de la costa.

El tramo que va entre Anakena y Ahu Tongariki no está en muy buen estado, pero a partir de allí toda la carretera está asfaltada. Hay muy pocos vehículos en la isla por lo que el tráfico no será un problema.

La protección que ofrece la pequeña bahía de Anakena hace que muchos veleros y barcos de recreo elijan este lugar como fondeadero. Por lo que también es posible llegar por mar.

author avatar
Oscar Ambulo